Cuando juegas algún deporte con contrincantes demasiado débiles sueles abusar, hacer jugadas estrafalarias, tomar lujos innecesarios, abusas a tu rival.
La victoria no debe humillar. El vencido tiene un límite de tolerancia y no es lo más prudente abusar demasiado, a no ser que estes dispuesto a eliminar a todos los que no sean de tu equipo, pues alguien que no tiene nada que perder tiene demasiado que ganar.
El MAS ha derrotado a la oposición, lo hizo en las urnas, lo hizo en las calles, lo hizo empleando el sistema electoral, empleando el sistema penal y el poder de los medios. Ha llegado un momento en que es bueno reflexionar -y mucho- en su forma de tratar a los vencidos.
Este análisis no debe darse sólo como "dádiva democrática" de respeto a las minorías, sino que debe enfocarse como un problema básico de supervivencia de la revolución.
El poder corrompe, el MNR de los 60´s con su política del voto cero eliminó a la oposición, de la que uno de sus pocos representantes era precisamente el padre de la senadora electa Ana María Romero. Las peleas internas dentro del partido y la falta de seguimiento de los ideales originales (entre muchas otras causas) derivaron en la debacle que en definitiva nos llevó a la época oscura de las dictaduras.
El poder ilimitado no es bueno. Porque al interior del partido no se admiten divergencias y al exterior se elimina a la oposición. Una vez que la oposición ha sido eliminada las peleas internas se convierten en un riesgo de destrucción del proceso revolucionario.
Necesitamos una oposición en contra de la cual unirnos.
Y necesitamos un Poder Judicial independiente, verdaderamente independiente, militantemente independiente. Necesitamos un Ministerio Público fortalecido.
La tentación de copar al Poder Judicial debe ser enorme, pero si no tenemos cortes que puedan hacerle frente al gobierno, estamos jodidos. Y hablo desde la perspectiva interior del proceso de revolución, porque necesitamos árbitros imparciales si estos no existen todo el proceso corre un riesgo inmenso.
Si humillas demasiado a tu rival debes estar dispuesto a eliminarlo físicamente. Porque de lo contrario más temprano que tarde recogerá sus pocas sobrevivientes pertenencias, sus pisoteadas creencias, su orgullo de persona y tomará el camino violento para defender lo suyo, y tendrás a la contrarrevolución armada.
Bolivia no es Cuba y las oligarquías no tienen un Miami donde emigrar. Sin un Poder Judicial que los defienda, sin un Defensor del Pueblo que se oponga frontalmente al Gobierno sólo se dejará a miles de compatriotas -personas- la vía de la insurrección armada.
Reconstruir al Poder Judicial no puede significar tener a un rebaño de masistas que nunca fallen en contra del gobierno. Los fallos contrarios, justos y fundados de las cortes no son obstáculos, son señales de alerta en el camino.
La victoria no debe humillar. El vencido tiene un límite de tolerancia y no es lo más prudente abusar demasiado, a no ser que estes dispuesto a eliminar a todos los que no sean de tu equipo, pues alguien que no tiene nada que perder tiene demasiado que ganar.
El MAS ha derrotado a la oposición, lo hizo en las urnas, lo hizo en las calles, lo hizo empleando el sistema electoral, empleando el sistema penal y el poder de los medios. Ha llegado un momento en que es bueno reflexionar -y mucho- en su forma de tratar a los vencidos.
Este análisis no debe darse sólo como "dádiva democrática" de respeto a las minorías, sino que debe enfocarse como un problema básico de supervivencia de la revolución.
El poder corrompe, el MNR de los 60´s con su política del voto cero eliminó a la oposición, de la que uno de sus pocos representantes era precisamente el padre de la senadora electa Ana María Romero. Las peleas internas dentro del partido y la falta de seguimiento de los ideales originales (entre muchas otras causas) derivaron en la debacle que en definitiva nos llevó a la época oscura de las dictaduras.
El poder ilimitado no es bueno. Porque al interior del partido no se admiten divergencias y al exterior se elimina a la oposición. Una vez que la oposición ha sido eliminada las peleas internas se convierten en un riesgo de destrucción del proceso revolucionario.
Necesitamos una oposición en contra de la cual unirnos.
Y necesitamos un Poder Judicial independiente, verdaderamente independiente, militantemente independiente. Necesitamos un Ministerio Público fortalecido.
La tentación de copar al Poder Judicial debe ser enorme, pero si no tenemos cortes que puedan hacerle frente al gobierno, estamos jodidos. Y hablo desde la perspectiva interior del proceso de revolución, porque necesitamos árbitros imparciales si estos no existen todo el proceso corre un riesgo inmenso.
Si humillas demasiado a tu rival debes estar dispuesto a eliminarlo físicamente. Porque de lo contrario más temprano que tarde recogerá sus pocas sobrevivientes pertenencias, sus pisoteadas creencias, su orgullo de persona y tomará el camino violento para defender lo suyo, y tendrás a la contrarrevolución armada.
Bolivia no es Cuba y las oligarquías no tienen un Miami donde emigrar. Sin un Poder Judicial que los defienda, sin un Defensor del Pueblo que se oponga frontalmente al Gobierno sólo se dejará a miles de compatriotas -personas- la vía de la insurrección armada.
Reconstruir al Poder Judicial no puede significar tener a un rebaño de masistas que nunca fallen en contra del gobierno. Los fallos contrarios, justos y fundados de las cortes no son obstáculos, son señales de alerta en el camino.
Comentarios
Por lo demás, no debemos olvidar que la derrota de la oposición es exclusivamente atribuible a ellos mismos. Cada vez que repudiaron la violencia la ejercieron sin medida. Cada vez que dijeron defender la democracia, la pisotearon. Y encima, antes que oposición en serio, fueron una "juntucha" de odiadores del Evo.
Y en eso tienes razón, necesitamos una oposición que proponga alternativas, que se defina en función de su ideología, su programa o sus propuestas, no en función de lo que hace o deja de hacer el habitante de Palacio.
grandes tus palabras, solo así podremos continuar sanamente con un cambio que ya empezó...
felicidades
A Bolivia se respeta carajos
Jallalla Evo Morales