La pregunta indispensable es saber, ¿quiénes somos? pues a partir de la respuesta podremos adecuar la metodología de elaboración e implementación de un Plan de Seguridad para la comunidad.
La aplicación de la metodología desde el gobierno debería buscar unidades organizadas previamente para ahorrar recursos en la implementación, por ejemplo las juntas vecinales, ONG´s, etc. También podría pensarse en las Juntas Educativas, sin embargo esto como un escenario paralelo pues en muchos casos los alumnos de un centro educativo no viven en la zona en que esta ubicado el Colegio por lo que la implementación debería aplicarse de manera conjunta tanto con un plan de escuela segura como con un plan de comunidad segura con grupos de trabajo pobablemente diferentes.
La aplicación desde la sociedad civil (que es la consulta de @andrespucci que me impulsa a escribir esta propuesta), tiene la ventaja de no estar reatada a este tipo de limitaciones administrativas y básicamente puede operarse bajo la lógica de que "trabajamos con los que estamos", pero aún así es necesario identificar si trabajaremos en base un grupo que se forme desde cero o implemntaremos la metodología a un grupo de personas (vecinos) ya consolidado como una junta vecinal, por ejemplo.
La idea de este tipo de proyecto es que cualquiera puede aplicarlo sin invertir recursos (más allá del tiempo) para que pueda ser sostenible, por lo tanto trabajaremos en base a dos supuestos:
1. Se trabaja en un área urbana continúa geográficamente (una calle, manzano, barrio, etc.).
2. No existe una estructura formal de organización previa.
El único requisito imprescindible es contar con un equipo de implementación del plan (aunque sea de una persona) con voluntad para aplicarlo y contagiar a los vecinos de las ganas de poner manos a la obra por su propia seguridad.
Tampoco debemos ver este proceso como divorciado de las decisiones y apoyo de las autoridades, no queremos constituir policías paralelas, queremos hacer más simple el trabajo de las autoridades y organizarnos para reclamar lo que realmente necesitamos con una metodología clara que nos permita resultados eficientes.
Antes de continuar debo mencionar que un modelo parecido al que vamos a exponer en este blog ha sido aplicado en las Escuelas del Distrito 1 de El Alto ipulsado por la Fundación Arias de Costa Rica y un grupo de voluntarios del CEJIP de Bolivia. Sin embargo, lo que proponemos acá es una metodología nueva y más simple que pueda aplicarse sin recursos, bajo la premisa de que la sociedad civil puede organizarse para buscar su seguridad sin violencia.
Al responder la pregunta de ¿quienes somos? no es aconsejable buscar grupos demasiado grandes de organización pues sólo juntar a los vecinos en una reunión será problemático, pensemos en un grupo de algunos manzanos con alguna referencia geogáfica común, por ejemplo aquellos que rodean una plaza, o los que están sobre una avenida, etc. Deebemos pensar que la seguridad es un problema diario y particular de cada realidad vecinal, aquellos que viven cerca de una plaza probablemente identificarán al consumo de bebidas en ella como el riesgo latente mientras que lso que viven cerca de una autopista tendrán a los accidentes de tránsito como la mayor amenaza.
Una vez que definimos el área de aplicación el siguiente paso es conocer -de manera previa- el entorno, con las herramientas informáticas actuales (google maps, etc) se puede hacer simple elaborar un croquis de los manzanos en que vamos a intervenir, y lo llenamos (preliminarmente) con los nombres de los vecinos y los negocios que ocupan la zona. Esto nos permitirá tener un listado de a quienes invitaremos a las reuniones y conoceremos el espacio que necesitamos para desarrollarlas.
La seguridad desde la comunidad requiere que la comunidad se involucre en el Plan y la base de esto es conocernos.
La vecindad antigua en la que todos nos conocíamos e incluso eramos amigos de barrio ha cambiado radicalmente en los últimos años: la migración, el auge de las construcciones horizontales (edificios), la diversidad de culto (ya no todos vamos a la iglesía o a la misma iglesía), la educación privada (ya no vamos a la misma escuela), y otros factores han enriquecido nuestras comunidades con diversidad valiosa pero a la vez han debilitado el entramado social y una consecuencia es la inseguridad real y percibida.
Entonces, comencemos por ver quienes somos e invitemos a los vecinos.
En el siguiente post un modelo de la carta de invitación a los vecinos.
La aplicación de la metodología desde el gobierno debería buscar unidades organizadas previamente para ahorrar recursos en la implementación, por ejemplo las juntas vecinales, ONG´s, etc. También podría pensarse en las Juntas Educativas, sin embargo esto como un escenario paralelo pues en muchos casos los alumnos de un centro educativo no viven en la zona en que esta ubicado el Colegio por lo que la implementación debería aplicarse de manera conjunta tanto con un plan de escuela segura como con un plan de comunidad segura con grupos de trabajo pobablemente diferentes.
La aplicación desde la sociedad civil (que es la consulta de @andrespucci que me impulsa a escribir esta propuesta), tiene la ventaja de no estar reatada a este tipo de limitaciones administrativas y básicamente puede operarse bajo la lógica de que "trabajamos con los que estamos", pero aún así es necesario identificar si trabajaremos en base un grupo que se forme desde cero o implemntaremos la metodología a un grupo de personas (vecinos) ya consolidado como una junta vecinal, por ejemplo.
La idea de este tipo de proyecto es que cualquiera puede aplicarlo sin invertir recursos (más allá del tiempo) para que pueda ser sostenible, por lo tanto trabajaremos en base a dos supuestos:
1. Se trabaja en un área urbana continúa geográficamente (una calle, manzano, barrio, etc.).
2. No existe una estructura formal de organización previa.
El único requisito imprescindible es contar con un equipo de implementación del plan (aunque sea de una persona) con voluntad para aplicarlo y contagiar a los vecinos de las ganas de poner manos a la obra por su propia seguridad.
Tampoco debemos ver este proceso como divorciado de las decisiones y apoyo de las autoridades, no queremos constituir policías paralelas, queremos hacer más simple el trabajo de las autoridades y organizarnos para reclamar lo que realmente necesitamos con una metodología clara que nos permita resultados eficientes.
Antes de continuar debo mencionar que un modelo parecido al que vamos a exponer en este blog ha sido aplicado en las Escuelas del Distrito 1 de El Alto ipulsado por la Fundación Arias de Costa Rica y un grupo de voluntarios del CEJIP de Bolivia. Sin embargo, lo que proponemos acá es una metodología nueva y más simple que pueda aplicarse sin recursos, bajo la premisa de que la sociedad civil puede organizarse para buscar su seguridad sin violencia.
Al responder la pregunta de ¿quienes somos? no es aconsejable buscar grupos demasiado grandes de organización pues sólo juntar a los vecinos en una reunión será problemático, pensemos en un grupo de algunos manzanos con alguna referencia geogáfica común, por ejemplo aquellos que rodean una plaza, o los que están sobre una avenida, etc. Deebemos pensar que la seguridad es un problema diario y particular de cada realidad vecinal, aquellos que viven cerca de una plaza probablemente identificarán al consumo de bebidas en ella como el riesgo latente mientras que lso que viven cerca de una autopista tendrán a los accidentes de tránsito como la mayor amenaza.
Una vez que definimos el área de aplicación el siguiente paso es conocer -de manera previa- el entorno, con las herramientas informáticas actuales (google maps, etc) se puede hacer simple elaborar un croquis de los manzanos en que vamos a intervenir, y lo llenamos (preliminarmente) con los nombres de los vecinos y los negocios que ocupan la zona. Esto nos permitirá tener un listado de a quienes invitaremos a las reuniones y conoceremos el espacio que necesitamos para desarrollarlas.
La seguridad desde la comunidad requiere que la comunidad se involucre en el Plan y la base de esto es conocernos.
La vecindad antigua en la que todos nos conocíamos e incluso eramos amigos de barrio ha cambiado radicalmente en los últimos años: la migración, el auge de las construcciones horizontales (edificios), la diversidad de culto (ya no todos vamos a la iglesía o a la misma iglesía), la educación privada (ya no vamos a la misma escuela), y otros factores han enriquecido nuestras comunidades con diversidad valiosa pero a la vez han debilitado el entramado social y una consecuencia es la inseguridad real y percibida.
Entonces, comencemos por ver quienes somos e invitemos a los vecinos.
En el siguiente post un modelo de la carta de invitación a los vecinos.
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