Un grupo de empleados busca consejo legal pues no cobran su sueldo hace tres meses pues el patrón les dice que su principal cliente no les paga. Ellos quieren a su empresa, no piensan en demandar al patrón y dirigen su frustración, su rabia, hacia el cliente al que quieren demandar.
Reunión con el patrón, el me dice que el cliente es un malandrín que no paga porque no el da la gana y que le dan mucha pena sus empleados pues sabe que sufren....claro que el no siente la falta de pago pues tiene mucho dinero y además muchas empresas.
Reunión con el cliente, informa que quiere pagar, que de hecho mandó un cheque pero que no fue cobrado y que además si no se paga es por la negligencia del patrón, incluso sospecha que el patrón busca quebrar a la empresa pues no paga impuestos desde hace años.
Mmmmmmm.
Reunión con los empleados, se plantea que el dinero está ahi y que el cliente parece no ser el problema....nadie lo cree, los "empelados de confianza" del patrón comienzan con rechiflas. Mejor una retirada honrosa.
En ocasiones la frustración mal dirigida (contra el cliente en lugar de contra el patrón) es una fuerza muy poderosa pues revertirla requiere de un triple esfuerzo:
1. Reconocer el error.
2. Convencer del error.
3. Dirigir el reclamo hacia el punto correcto, que puede ser sentido como parte del grupo.
A quién le gusta reconocer un error?
Cuantos nos sentimos más cómodos en grupo, bajo la lógica de que no "todos" pueden estar equivocados?
No nos gastemos en convencer, comencemos con 1. Planteemos que existe la posibilidad de que un gato este encerrado. Si yo llego al grupo y les digo "amemos al cliente" pues saldré por lo menos golpeado....... no es época de pedir que quieran al cambio, es época de desenmascarar gatos.
Reunión con el patrón, el me dice que el cliente es un malandrín que no paga porque no el da la gana y que le dan mucha pena sus empleados pues sabe que sufren....claro que el no siente la falta de pago pues tiene mucho dinero y además muchas empresas.
Reunión con el cliente, informa que quiere pagar, que de hecho mandó un cheque pero que no fue cobrado y que además si no se paga es por la negligencia del patrón, incluso sospecha que el patrón busca quebrar a la empresa pues no paga impuestos desde hace años.
Mmmmmmm.
Reunión con los empleados, se plantea que el dinero está ahi y que el cliente parece no ser el problema....nadie lo cree, los "empelados de confianza" del patrón comienzan con rechiflas. Mejor una retirada honrosa.
En ocasiones la frustración mal dirigida (contra el cliente en lugar de contra el patrón) es una fuerza muy poderosa pues revertirla requiere de un triple esfuerzo:
1. Reconocer el error.
2. Convencer del error.
3. Dirigir el reclamo hacia el punto correcto, que puede ser sentido como parte del grupo.
A quién le gusta reconocer un error?
Cuantos nos sentimos más cómodos en grupo, bajo la lógica de que no "todos" pueden estar equivocados?
No nos gastemos en convencer, comencemos con 1. Planteemos que existe la posibilidad de que un gato este encerrado. Si yo llego al grupo y les digo "amemos al cliente" pues saldré por lo menos golpeado....... no es época de pedir que quieran al cambio, es época de desenmascarar gatos.
Comentarios
Y cuántas vueltas se dan en estos casos!!
Y lo peor: la burocracia es espantosa!!
Buen jueves