Desde niño quería conocer Bolivia, guardaba todos los mapas del país y conocía de memoria los lugares, los nombres de los pueblos, de los rios, en una época sin internet guardaba todos los mapas que salían en el periódico y algunas fotos de los lugares que quería visitar.
A los 6 años me sabía de memoria el poema Bolivia de Oscar Alfaro, un fragmento dice:
Abecedario de cimas,
Que se siente palpitar.
Y muestrario de los climas,
Pero sin beso de mar.
Cuando comencé a trabajar comencé a viajar (a los 18 años), primero viajes cortos, caminando mucho, conociendo las minas, luego ya con mejores sueldos y -muchas veces por trabajo- logré conocer todos los departamentos, muchísimos de los puestos fronterizos y mucha gente buena de todas las ciudades importantes y de bastantes pueblos pequeños
Es tan grande Bolivia que no creo que me alcance la vida para conocerla toda, pero -gracias a Dios- ya tengo una idea aproximada de lo que esconden los mapas. De las grandes diferencias de paisaje, de clima, de altura, de desarrollo y de las grandes similitudes en todas las personas.
Creo sinceramente que los "odios" regionales podrían atenuarse si desde niños nos llevasen en intercambios a otras regiones, que la gente ve al otro como el enemigo más por ignorancia que por maldad, que son pocos los que realmente odian en el país pero son muchos los que no conocen y no se imaginan la vida del otro.
Creo también que el discurso de unidad hasta hoy siempre fue un discurso vacio pues pretendía imponer la idea de una sola Bolivia, y esa idea chocaba con la realidad evidente de que pocas cosas se tiene en común entre el más agreste altiplano y la más impenetrable selva. Que la idea de una sola Bolivia en el fondo excluía a los marginales y les obligaba a reconocerse en una identidad que no sentían propia y que -lo peor- no les aportaba nada en su vida cotidiana.
Creo que el reconocimiento de la evidente diversidad, es eso y no una fundación de diferencias.
Creo que las banderas sólo nos separan, pero que imponer una sola bandera no nos une, nos ignora.
Creo que el 6 de agosto es el día de una Bolivia central, de una Bolivia urbana que ha ignorado y excluido sistemáticamente a ciudadanos que a pesar del olvido estatal, a pesar de no beneficiarse de ello, se autocalifican como bolivianos.
Como boliviano del centro festejo el día de un país que siento mio y la conciencia se alivia un poco viendo cada día que mi país se vuelve menos exclusivo.
A los 6 años me sabía de memoria el poema Bolivia de Oscar Alfaro, un fragmento dice:
Abecedario de cimas,
Que se siente palpitar.
Y muestrario de los climas,
Pero sin beso de mar.
Cuando comencé a trabajar comencé a viajar (a los 18 años), primero viajes cortos, caminando mucho, conociendo las minas, luego ya con mejores sueldos y -muchas veces por trabajo- logré conocer todos los departamentos, muchísimos de los puestos fronterizos y mucha gente buena de todas las ciudades importantes y de bastantes pueblos pequeños
Es tan grande Bolivia que no creo que me alcance la vida para conocerla toda, pero -gracias a Dios- ya tengo una idea aproximada de lo que esconden los mapas. De las grandes diferencias de paisaje, de clima, de altura, de desarrollo y de las grandes similitudes en todas las personas.
Creo sinceramente que los "odios" regionales podrían atenuarse si desde niños nos llevasen en intercambios a otras regiones, que la gente ve al otro como el enemigo más por ignorancia que por maldad, que son pocos los que realmente odian en el país pero son muchos los que no conocen y no se imaginan la vida del otro.
Creo también que el discurso de unidad hasta hoy siempre fue un discurso vacio pues pretendía imponer la idea de una sola Bolivia, y esa idea chocaba con la realidad evidente de que pocas cosas se tiene en común entre el más agreste altiplano y la más impenetrable selva. Que la idea de una sola Bolivia en el fondo excluía a los marginales y les obligaba a reconocerse en una identidad que no sentían propia y que -lo peor- no les aportaba nada en su vida cotidiana.
Creo que el reconocimiento de la evidente diversidad, es eso y no una fundación de diferencias.
Creo que las banderas sólo nos separan, pero que imponer una sola bandera no nos une, nos ignora.
Creo que el 6 de agosto es el día de una Bolivia central, de una Bolivia urbana que ha ignorado y excluido sistemáticamente a ciudadanos que a pesar del olvido estatal, a pesar de no beneficiarse de ello, se autocalifican como bolivianos.
Como boliviano del centro festejo el día de un país que siento mio y la conciencia se alivia un poco viendo cada día que mi país se vuelve menos exclusivo.
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