Una falsa analogía es como una mujer con silicona, se ve bien, pero en el fondo no es lo mismo. jejejeje.
Ya en serio, una falsa analogía presenta dos afirmaciones como similares y de esta comparación se infiere una conclusión que -aunque se ve bien- es en el fondo falsa.
Esta falsedad se da fundamentalmente por dos causas:
- Cuando omitimos diferencias fundamentales y sólo resaltamos alguna similitud no esencial, por ejemplo si comparamos el gasto estatal con el gasto hogareño, en el fondo si hablamos de gasto pero dejamos de lado las miles de diferencias de gestión entre un hogar y un estado. Inferir de esta analogía, por ejemplo, que el estado no debe gastar más de lo que gana (como en un hogar) niega formas de gestión económica que podrían conducirse razonablemente bien en base a la deuda.
- Cuando pretendemos que una semenjanza es tal cuando esto no es cierto. Por ejemplo, el caso de que pretendamos asimilar una gata (miau) con una gata (mecánica) sólo basados en el lenguaje, este caso es más frecuente en base a errores de traducción que degeneran en grandes metidas de pata en textos multinacionales.
Muchas veces se emplea la falsa analogía de manera deliberada en discurso demagógicos, en los cuales se vende a multitudes encegecidas analogías que se ven bien, pero que en fondo son falsas, de todas formas si miles de personas aplauden no te vas a poner a discernir sobre si es correcta o no la conclusión.
En otras ocasiones la falsa analogía es resultado de un error o de ignorancia sobre algún aspecto de las proposiciones comparadas, por ejemplo: cuando se pretende aplicar soluciones sobre seguridad que "funcionaron" en Manhattan y se pretende trasladarlas a Santa Cruz, se olvida que esas políticas no funcionaron para todos y que -ademas- existen algunas pequeñas diferencias entre Santa Cruz y Nueva York.
Ya en serio, una falsa analogía presenta dos afirmaciones como similares y de esta comparación se infiere una conclusión que -aunque se ve bien- es en el fondo falsa.
Esta falsedad se da fundamentalmente por dos causas:
- Cuando omitimos diferencias fundamentales y sólo resaltamos alguna similitud no esencial, por ejemplo si comparamos el gasto estatal con el gasto hogareño, en el fondo si hablamos de gasto pero dejamos de lado las miles de diferencias de gestión entre un hogar y un estado. Inferir de esta analogía, por ejemplo, que el estado no debe gastar más de lo que gana (como en un hogar) niega formas de gestión económica que podrían conducirse razonablemente bien en base a la deuda.
- Cuando pretendemos que una semenjanza es tal cuando esto no es cierto. Por ejemplo, el caso de que pretendamos asimilar una gata (miau) con una gata (mecánica) sólo basados en el lenguaje, este caso es más frecuente en base a errores de traducción que degeneran en grandes metidas de pata en textos multinacionales.
Muchas veces se emplea la falsa analogía de manera deliberada en discurso demagógicos, en los cuales se vende a multitudes encegecidas analogías que se ven bien, pero que en fondo son falsas, de todas formas si miles de personas aplauden no te vas a poner a discernir sobre si es correcta o no la conclusión.
En otras ocasiones la falsa analogía es resultado de un error o de ignorancia sobre algún aspecto de las proposiciones comparadas, por ejemplo: cuando se pretende aplicar soluciones sobre seguridad que "funcionaron" en Manhattan y se pretende trasladarlas a Santa Cruz, se olvida que esas políticas no funcionaron para todos y que -ademas- existen algunas pequeñas diferencias entre Santa Cruz y Nueva York.
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