- En general el voto de la población es un voto por consigna, por afinidad o rechazo al gobierno o por convicción con el proceso de cambio. Muy poca gente conoce y entiende la totalidad del nuevo texto constitucional y menos aún conocen el texto vigente (con antigüedad de más de cuarenta años).
-Por primera vez en la historia de Bolivia se consulta al pueblo su opinión sobre la totalidad del texto constitucional y por primera vez también la mayoría de sus redactores (reunidos en una Asamblea Constituyente) fueron indígenas, líderes sociales y obreros reunidos con absoluta libertad. Sin embargo, aún así no puede considerarse que esta sea una constitución absolutamente consensuada, queda pendiente una construcción real que desde los barrios exprese los deseos de la totalidad de la población, un proceso profundo de democratización legislativa que sin duda no fue posible por la coyuntura actual boliviana. La gente no conoce el texto por lo que el referéndum tiene una enorme carga de respaldo o rechazo al Gobierno.
- Los grupos que rechazan la nueva constitución no apoyan al texto vigente, en general todos reconocen la necesidad de un cambio en la gestión del gobierno, que descentralice el poder, que reconozca una serie de derechos conquistados, etc. Pero las campañas por el NO a la Constitución no dejan claro como es que mantener el texto vigente de la Constitución podrá favorecer los intereses que defendieron estos años de conflicto, en concreto todos los departamentos (provincias) cuyos líderes lucharon por la Autonomía ahora propugnan un rechazo al texto constitucional, aunque la continuidad de la constitución vigente no admite ninguna posibilidad a gobiernos autónomos.
- La falta de una oposición organizada ha derivado en que los grupos cívicos y políticos que propugnaban la autonomía ahora se cobijen bajo los principios de la Iglesia Católica y bajo la figura del Cardenal Julio Terrazas como símbolos del NO a la constitución.
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