Hace algunos años me pidieron que ayude en la defensa de un joven (23 años) que era acusado de matar a su novia en un ataque de celos...... una noche la novia no apareció a la cita convenida y el joven celoso la fue a buscar a su casa, en ella encontró dos entradas a un cine y entonces explotó la pelea que terminó con él matando a la niña. Yo preferí no involucrarme mucho en el asunto, en todo caso creo que él terminó suicidándose.
Nuestro Código Penal considera a la "emoción violenta" y a los "móviles honorables" como atenuantes del homicidio.....claro que uno se pregunta cual es la honorabilidad en quitar la vida a otra persona, en ese caso la máxima pena habría sido de 6 años de reclusión.
He visto como matrimonios terminan por llamadas "sospechosas", como hombres y mujeres razonables se comportan como lunáticos al encontrar números de teléfonos en servilletas, como gente inteligente revisa mensajes de texto y viola cuentas de correo para saber que hace su pareja...del mismo modo he visto como la infidelidad muchas veces es sólo un síntoma de una relación enferma.
Mi trabajo me ha llevado a desconfiar en extremo sobre la posibilidad de un "final feliz" en una relación de pareja....y uno se pregunta si vale la pena el intento, si vale la pena enfrentarse (en el peor escenario imaginable) a la ira de la mujer despechada que "violentamente emocionada" decide terminar la relación por su elemento masculino.
Revisando el expediente del caso del joven de 23 años noté que nadie había mencionado el hecho de que las entradas del cine que desataron la tragedia en realidad eran de una semana anterior a la muerte.....sugerí al defensor que tuviese mucho cuidado en usar esa información, creo que el cliente terminó suicidándose.
Nuestro Código Penal considera a la "emoción violenta" y a los "móviles honorables" como atenuantes del homicidio.....claro que uno se pregunta cual es la honorabilidad en quitar la vida a otra persona, en ese caso la máxima pena habría sido de 6 años de reclusión.
He visto como matrimonios terminan por llamadas "sospechosas", como hombres y mujeres razonables se comportan como lunáticos al encontrar números de teléfonos en servilletas, como gente inteligente revisa mensajes de texto y viola cuentas de correo para saber que hace su pareja...del mismo modo he visto como la infidelidad muchas veces es sólo un síntoma de una relación enferma.
Mi trabajo me ha llevado a desconfiar en extremo sobre la posibilidad de un "final feliz" en una relación de pareja....y uno se pregunta si vale la pena el intento, si vale la pena enfrentarse (en el peor escenario imaginable) a la ira de la mujer despechada que "violentamente emocionada" decide terminar la relación por su elemento masculino.
Revisando el expediente del caso del joven de 23 años noté que nadie había mencionado el hecho de que las entradas del cine que desataron la tragedia en realidad eran de una semana anterior a la muerte.....sugerí al defensor que tuviese mucho cuidado en usar esa información, creo que el cliente terminó suicidándose.
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